lunes, 6 de diciembre de 2010

Criterios de producción de calidad para la televisión infantil - 31 Minutos Author Juan Manuel Egaña del Valle CV Autor Periodista (U. de Chile) y MBA (Maastricht, Holanda). Socio y productor ejecutivo de Aplaplac, productora audiovisual chilena. Productor y creador de “31 minutos”, realizada para TVN con apoyo del Fondo Consursable de la CNTV y transmitida por Nickelodeon, Canal 11 de México, Canal 7 de Argentina, Señal Colombia y Canal 4 de Uruguay. Juan Manuel Egaña actualmente es Secretario Ejecutivo del III Foro de Competitividad para las Américas. Summary Ponencia presentada durante la conferencia "Criterios de producción de calidad para la televisión infantil", en el marco de la Primera Muestra Iberoamericana de Televisión Infantil, espacio de encuentro organizado por la Comisión Nacional de Televisión de Colombia y los canales regionales de televisión de Colombia, con el apoyo de La Iniciativa de Comunicación en los procesos de gestión de conocimiento y convocatoria. Juan Manuel Egaña, socio y productor ejecutivo de Aplaplac, hace un recuento de qué es 31 Minutos, cómo se llegó a la realización del programa y los elementos que le permitieron ganar el reconocimiento internacional.

¿Qué es 31 Minutos?
En primer lugar es un programa de televisión. Nació como un programa de televisión, pensado para televisión, pero poco a poco fue saliendo de la televisión y yo creo que eso es muy importante.  Salió de la televisión y fue música, es decir, 31 Minutos también es un concepto musical .  Pero no solamente es un concepto musical sino también es un programa que salió de chile y caló en audiencias mucho más amplias.
Nickelodeon fue fundamental en esta experiencia y 31 Minutos recibió varios premios e incluso fue nominado al Emmy Internacional. Pero para nosotros Nickelodeon fue una especie de premio porque de verdad nosotros ambicionábamos ser reconocidos más allá de Chile y conseguir mercados afuera. Después 31 Minutos también fue una película que fue estrenada en Chile, una película bastante ambiciosa que será prontamente estrenada en México y esperamos que también lo sea en Colombia.

31 Minutos también es un programa que se emite en Colombia a través de Señal Colombia, que se emite en México a través de Canal 11, que se emite en Argentina a través de Canal 7 y en Uruguay.  Es decir, logramos pasar de televisión local chilena a televisión de cable en la región y después lograr entrar en televisiones abiertas. Todas las televisiones abiertas en que estamos son estatales y esto también nos dice que es el camino para este tipo de programas. Pero finalmente 31 Minutos no dejaba de ser unos monos en una caja y  había que darles vida, y la idea de cómo darles vida es lo que me gustaría contarles:
Nosotros hicimos dos innovaciones fundamentales: una en contenido y otra en el tema negocios. Yo creo que ambas son importantes de considerar para cualquier proyecto.
En contenido creo que  la primera innovación es que lo hicimos para una audiencia cruzada, es decir infantil y  adultos.  Muchas veces usted hace un programa para niños o para adultos y en realidad esta dicotomía creemos que es falsa, hacemos un programa infantil pero somos adultos.  Y queríamos hacer un programa que nos guste a nosotros,  somos más o menos adultos y queremos que haya otros adultos como nosotros a los que también les guste.  No queríamos plantear esto como un mundo separado para niños y adultos. Creemos que muchas veces la gracia está en disfrutar con tu hijo ver un programa en televisión y creo que aquí hay un espacio en común mucho más rico.
Después creemos que en términos de contenido tenía diversas capas de lectura porque uno puede ver distintas capas en 31 minutos, los niños leen una y los adultos leen otra. Y esa es parte de la riqueza y no hay un engaño en esto sino simplemente son distintas capas de lectura y como decía Beth Carmona los niños están más acostumbrados hoy a esas distintas capas de lectura que nosotros cuando éramos niños.
Lo tercero es que nosotros queríamos hacer un tratamiento horizontal al niño, no un tratamiento desde el pedagogo o desde el adulto que le enseña algo al niño porque no creíamos que teníamos esa posibilidad de querer enseñarles sino dar un tratamiento bien horizontal, mirando al niño de frente y querer disfrutar con él y proponerle algo que él también lo pueda disfrutar. También hicimos una innovación en el cruce de formatos, es decir, cruzamos el noticiero con lo infantil, pero un noticiero que es falso y un programa infantil que también es un poco falso pero que lo disfrutan los niños también.  Entonces hay un cruce grande ahí.
Y una última innovación es la técnica de títeres que en realidad es muy antigua, pero por lo menos fue innovación para nosotros porque nunca antes nadie había hecho nada con títeres en nuestro grupo y para nosotros fue una gran innovación encontrar ese mundo.
Y en los negocios, creo que la innovación que hicimos para Chile –y que en realidad no es novedad porque también es muy antiguo- es que el producto sale de la pantalla.  Es decir, tiene música, tiene libros, tiene Internet, tiene cine, tiene merchandising y creo que esto es fundamental.  Fíjense que en Internet nosotros partimos en el 93 y ahí nos empezamos a dar cuenta de la importancia del programa.  Tenía ratings bajísimos, pero en el 93 tenía una mezcla de Internet y nuestro programa era el cuarto programa que más marcaba en Internet. Y era ridículo porque teníamos 5 puntos de Rating, pero era el cuarto en Internet. Y nos dimos cuenta que en realidad había algo especial.  Que había quizá poco rating pero los que veían el programa querían más e iban a la red a buscar más.
Cómo llegamos a esto?
Lo primero que es importante es la subvención al riesgo. Nos preguntaban ayer que si nosotros arriesgamos mucho en este programa y la verdad es que para ser sinceros no arriesgamos nada porque el que arriesgó fue el Consejo Nacional de Televisión que financió la primera temporada, y eso es fundamental para poder llegar a hacer un programa así. Aquí hay una cultura mucho más fuerte de presencia del Estado para fomentar la televisión de calidad y de cultura, en nuestro país eso es muy distinto, allá impera el mercado e iniciativas de subvención son vistas con ojos bien sospechosos, entonces para nosotros es muy importante relevar  la subvención al riesgo. Nosotros partimos con un programa que se llamaba “Mira tú” que nos permitió la relación con TVN y después conseguimos un fondo para 31 Minutos.
Quisiera nombrar los elementos que nos permitieron hacer 31 Minutos:
Un elemento es el equipo.  En el equipo teníamos historias bien variadas, teníamos tres socios: un socio mucho más periodístico, otro socio es un dibujante de historietas infantiles y mi experiencia es más de la gestión.  Entonces los tres puntos de vista se combinaron y lograron el concepto de 31 Minutos.
Lo segundo es que incorporamos gente muy novata en televisión.  En realidad en el equipo madre de 31 Minutos la mitad nunca había hecho televisión y yo creo que eso es valioso porque hoy en día la televisión hay que inventarla con gente que viene de afuera.  Había estudiantes de cine, un artista visual, un caricaturista y músicos.  Eso era el equipo. Después lógicamente teníamos equipo técnico: camarógrafos, montajistas con experiencia de esa parte técnica,  pero lo fundamental estaba en este equipo que era muy variado y que nunca antes había hecho televisión infantil.
También otra característica era que teníamos una Polifuncionalidad, es decir que la gente que trabajaba en guiones trabajaba en actuación y hacía las voces y eso fue haciendo que los personajes fuesen cada vez más potentes y más poderosos.
Otro elemento es que encontramos un espacio para explorar esto. Nosotros estábamos los sábados a las 10 de la mañana y en realidad a nadie le importa qué es lo que se da el sábado a las 10 de la mañana. De verdad da lo mismo.  Entonces es muy importante tener esos espacios como a los márgenes, que son poco observados y realmente no están en la mira. Es imposible hacer innovación en los noticieros porque todo el mundo está mirando eso y hay mucha presión, pero el sábado en la mañana hay un espacio de libertad y un espacio que realmente permite explorar.
Y cuando se fue consolidando pasó al Prime, pero a partir de ese Prime hay una nueva exigencia para los productos que quieran ser innovadores muy difícil y muy poco argumentada.  Yo creo que siempre hay que valorar los espacios en los márgenes y creo que acá las televisiones regionales son un espacio maravilloso de exploración. Como decía, hay que trabajar estos márgenes para correr el riesgo.  Pretender lanzar un programa innovador en un horario Prime de Caracol no lo veo viable.
Del piloto me sorprende lo mal hecho que está, los monos son horribles y obviamente la postura del canal de televisión fue: “esto no lo va a ver nadie”, “no tiene ni los más mínimos estándares de calidad”, “sobre mi cadáver se emitirá por este canal”.  Finalmente como era una obligación del canal emitirlo porque era un premio del Consejo Nacional de Televisión, fuimos nosotros perfeccionando nuestra técnica, pero había algo esencial en este programa que era una mirada, un humor y que así el títere fuera más feo se podía ir arreglando. Y que después lo arreglamos. Se hicieron muchos focus group para validar esta propuesta y el resultado fue pésimo.
Los niños pensaban que era una cámara indiscreta.  Los focus group se hacían en las casas de los niños y ellos decían que era demasiado ridículo para que se viera en la televisión.  Los niños sí recordaban mucho a los personajes, recordaban a Tulio y recordaban a Bodoque, pero lo cierto es que esos focus group intentaron echar abajo el proyecto.  Por eso yo creo que los focus miden tendencias instaladas y no miden innovación. Es un peligro que los canales pongan sus productos nuevos y los midan en un focus group porque estos no sirven para medir eso y siempre los van a echar para abajo.
Para cerrar esta presentación quiero hablar de la película.  Ha sido una experiencia bastante grande en coproducción con Brasil y España y fue la última etapa de nuestro proceso de 31 Minutos. Fue en realidad una película muy costosa y lo que evaluamos es que de alguna forma la exigencia de calidad y los patrones de la industria de alguna forma “normalizaron” el espíritu original de 31 Minutos.  La película se parece mucho más a una película para niños con cierto presupuesto, que es lo que se merecía el programa original de 31 Minutos a un programa de niños que era tan distinto.  Y finalmente la necesidad es la madre de la inventiva y si hay algo que caracteriza a nuestro país es que tenemos muchas necesidades, pero nosotros tenemos mucha inventiva y siempre hay que hacerle caso a esa inventiva.

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Juan Manuel Egaña del Valle
Socio y Productor Ejecutivo
Producciones Aplaplac
Chile

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